domingo, 14 de junio de 2009

Osetia, la excusa de un conflicto

Almudena Pastora Valdecantos
Osetia es uno de esos territorios a los que no se les ha respetado su historia y tradición cultural. Entre Rusia y Georgia se repartieron este territorio, a la parte georgiana se la denominó Osetia del Sur y a la parte rusa Osetia del Norte, la diferencia en la nomenclatura es igual de evidente que la diferencia cultural de estas dos regiones.

Como en todos los casos en los que una etnia es separada artificialmente, se han producido varios conflictos armados. La población de Osetia de Sur constituye un grupo étnico claramente diferenciado, que habla un idioma emparentado lejanamente con el persa. Durante la época soviética, Osetia del Sur fue una provincia autónoma de Georgia, pero en 1990 declaró su independencia, lo que dio lugar a un conflicto armado entre ambas durante 1991 y 1992. El conflicto terminó en 1992, con un alto el fuego y el establecimiento de una fuerza tripartita para el mantenimiento de la paz, formada por batallones rusos, osetios y georgianos. Osetia del Sur disfruta de independencia de facto desde 1992, si bien no ha sido reconocida por ningún otro Estado. No obstante, muchos de sus habitantes de etnia osetia han obtenido pasaporte ruso. Según informes, un tercio de la población es de etnia georgiana.

Pero la tensión no acabó con esta independencia y en 2004 tras la elección, en 2004, del presidente Saakashvili, quien prometió restablecer la integridad territorial Georgiana recuperando el control de Osetia del Sur.

Los conflictos provocados por la persecución de la independencia de un territorio nunca mueren, quizás duermen durante algún tiempo, pero siempre acaban renaciendo hasta que no se consigue el objetivo final. Los rencores entre pueblos y etnias solo se solucionan separando a estos pueblos. El conflicto de Osetia no es menos y en Agosto de 2008 volvió a resurgir el conflicto armado con crudencia. El imprevisible enfrentamiento armado entre Rusia y la república caucásica de Georgia, aliada de Estados Unidos, por el control de Osetia dejó es este año entre 1.500 y 2000 muertos civiles. La población que quería ser independiente acaba pagando los enfrentamientos entre dos naciones a las que la etnia de Osetia no les merece ningún respeto.

Podemos pensar que la respuesta de Rusia ante el conflicto fue desmesurada, bombardeos en Osetia y otras regiones de Georgia, miles de muertes civiles, un gran despliegue del ejercito ruso que no era necesario teniendo en cuenta las dimensiones del conflicto. El Kremlin tuvo un objetivo claro: exhibir ante el mundo la fuerza militar rusa. En primer lugar, para consolidar su zona de influencia y demostrar que Estados Unidos y la Unión Europea tienen una injerencia muy limitada en la región. En segundo término, para humillar a Georgia y dejar sentado que Moscú no podrá ser ignorado en las futuras negociaciones sobre el destino final del rebelde territorio de Osetia del Sur.

Este es un claro ejemplo de cómo se puede manipular un conflicto que nació de las aspiraciones de independencia de un territorio, para que se convierta en un rifirrafe entre las grandes potencias mundiales, para mostrar su poderío al mundo sin tener que enfrentarse directamente.